Las mujeres en el hospital psiquiátrico

A fines de 2017 elaboramos un primer informe sobre la situación de las mujeres internadas en el Melchor Romero. Con un promedio de 25 años de encierro, cada una tiene una historia en la que se intersectan la desigualdad de género, la pobreza y la estigmatización de la locura.

En septiembre de 2014 se iniciaron acciones judiciales por la situación de abandono estructural en la que se encontraba toda la población del hospital psiquiátrico conocido como “Melchor Romero”. El CELS, el Movimiento por la Desmanicomialización en Romero (MDR) y la Comisión Provincial por la Memoria venían denunciando el altísimo número de muertes, las prácticas manicomiales vejatorias que ponían en riesgo la salud y la vida de las personas internadas.

A fines de 2017 elaboramos un primer informe sobre la situación de las mujeres internadas en Romero. El año anterior, de los casi 300 ingresos al hospital, 100 fueron de mujeres y solo 26 ingresaron de forma voluntaria.

Del total de la población, 526 personas internadas en el Melchor Romero, 217 son mujeres entre 20 y 87 años. Tienen un promedio de 25 años de encierro y muchas ingresaron cuando tenían 20 años. En cada caso se puede contar una historia en la que se intersectan la desigualdad de género, la pobreza y la estigmatización de la locura. María ingresó en 1997 y era estudiante de Derecho, hoy casi no puede leer. Libertad hace 57 años que está en Romero. A Jéssica le ligaron las trompas sin consentimiento. A Nancy le dan 29 pastillas por día.

El hospital psiquiátrico mata y como dijimos en Cruzar el muro, se caracteriza por el copamiento de todos los aspectos de las personas por el mecanismo manicomial. En nombre de la necesidad de internación, se vulneran derechos. El control y el castigo no son excepciones, sino mecanismos para lograr docilidad por medio de esquemas farmacológicos, normas homogeneizantes y tratos denigrantes. El Alto Comisionado de Naciones Unidas resaltó que “el internamiento en una institución puede hacer que las personas sean vulnerables a la violencia y los abusos, estando las mujeres con discapacidad particularmente expuestas a ese peligro”.

Una vez ingresadas en la institución, las violencias sobre sus cuerpos son múltiples. Esterilizaciones, abortos y anticoncepción forzadas, impedimento de ejercer la maternidad, maltrato físico explícito, medicación utilizada como castigo, sobremedicación, juicios moralizantes y estigmatizantes. El impacto que provocan estas prácticas sobre el cuerpo y la mente de las mujeres, no sólo interfiere en su capacidad para ejercer el derecho a determinar sus propias vidas, sino que, además, refleja las formas específicas mediante las cuales se controla, vigila y castiga al cuerpo femenino.

En marzo de 2016 comenzó a funcionar una mesa de trabajo para avanzar en la desinstitucionalización de la población de Romero, históricamente olvidada y al margen de la mirada del Estado. Fue a partir de la acción colectiva ante el juzgado a cargo del Dr. F. Terrier. Participan además del CELS, la CPM y el MDR, las autoridades del Hospital y del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, la Secretaría Ejecutiva del Órgano de Revisión local de la provincia y la fiscalía de Estado.