La Corte Suprema de Brasil aceptó nuestro informe técnico para la despenalización del aborto

Junto a siete organizaciones integrantes de la red INCLO nos presentamos como amicus curiae. Con argumentos de derechos humanos, mostramos que perseguir a las personas que deciden interrumpir un embarazo va en contra de su derecho a la salud y a la vida.

En estos días el máximo tribunal de Brasil comenzó a debatir la anulación de dos artículos de su Código Penal, el 124 y el 126, para avanzar en la despenalización de la interrupción del embarazo. El expediente que dio inicio al debate fue presentado en 2017 por el partido PSOL y busca que no se persiga judicialmente a las personas que aborten hasta la semana 12. 

Desde el CELS coordinamos la presentación como amicus curiae ante el Tribunal junto a siete miembros de la red INCLO -ACLU, Irish Council for Civil Liberties (ICCL), Canadian Civil Liberties Association (CCLA), Hungarian Civil Liberties Union y Legal Resources Centre-. Buscamos que la Corte brasileña incorpore una perspectiva del derecho comparado internacional y regional de los derechos humanos, que complemente los aportes que realizan las organizaciones locales. Nuestro amicus fue aceptado como informe técnico. Allí planteamos los límites de la protección del derecho a la vida, en términos del Pacto de San José de Costa Rica, y el efecto que tiene la penalización cuando se intersectan opresiones distintas, como raza, género y pobreza.

Desde hace años sostenemos que la penalización del aborto viola los derechos a la dignidad personal, la no discriminación, la vida, la libertad, la igualdad, la salud, los derechos sexuales y reproductivos. También entendemos que empujar a la clandestinidad y negar servicios de salud se enmarcan en supuestos de tortura, tratos inhumanos y degradantes.

Si la Corte da un paso en favor de los derechos de las mayorías, significaría un gran cambio respecto de la legislación actual, que sólo autoriza la interrupción del embarazo en tres situaciones: si hubiera riesgo de muerte para la persona gestante, si el embarazo fuera producto de una violación o si el feto presentara malformaciones incompatibles con la vida. Según la Encuesta Nacional sobre el Aborto, una de cada siete brasileñas de 40 años se practicó al menos un aborto en su vida. La mitad de esas mujeres abortaron por primera vez antes de sus 19 años.

Este 28 de septiembre, día latinoamericano y caribeño de Acción Global por el Aborto Legal, Seguro y Accesible, insistimos en que aborto legal es vida.