¿Qué estrategias nos damos para repensar la forma en que desarrollamos nuestro activismo y ampliar el espacio de la discusión pública mientras se despliegan nuevas formas de autoritarismo y violaciones masivas de los derechos humanos?
Compartimos esta semana con compañeras y compañeros de organizaciones que trabajan en 17 países de los cinco continentes, con quienes integramos la red INCLO. Por segunda vez el encuentro anual se hizo en Buenos Aires; la primera fue en 2012, en un contexto nacional, regional y mundial muy distinto.
En una parte importante de esos países, han triunfado propuestas políticas que atacan el paradigma de los derechos y lo transforman en un enemigo a destruir. El desplazamiento de las instituciones estatales hacia posiciones ultraconservadoras, y en muchos casos extremadamente violentas y antidemocráticas, nos para frente al peligro, la incertidumbre y la precariedad.
Las organizaciones y sus referentes son perseguidos: acusaciones de terrorismo, campañas de difamación, criminalización, restricciones para recibir fondos y el desfinanciamiento son amenazas que se reiteran, en el contexto de la crisis profunda de los mecanismos internacionales de protección de derechos. Este panorama muy complejo nos impone repensar enfoques, capacidades y prácticas.
¿Cómo ampliar nuestra capacidad de construir consensos renovados en torno al imperativo de defender la dignidad de todas las vidas? Son tiempos difíciles que solo podemos enfrentar con compromiso y disposición a la conversación.
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