Más allá de ciertas opiniones desinformadas o interpretaciones malintencionadas de la lectura pormenorizada de la sentencia dictada por la Corte Suprema el pasado 27 de mayo, queda claro que el máximo tribunal de justicia de nuestro país ratificó los aspectos principales sostenidos por el Tribunal Oral Federal Nº 3 en el año 2004 con respecto a la investigación y el encubrimiento por el atentado a la sede de la AMIA.
Así, la Corte Suprema convalidó los aspectos principales de la decisión del TOF Nº 3, que había revelado la trama de impunidad digitada para encubrir a los verdaderos responsables del atentado a la AMIA, y confirmó la nulidad decretada sobre la investigación seguida adelante por el ex juez Galeano en el legajo conocido bajo el rótulo “Brigadas”. El máximo tribunal de justicia difiere del TOF únicamente en cuanto a la validez de las pruebas reunidas entre el 18 de julio de 1994 y 31 de octubre de 1995 vinculadas con la posible participación de Telleldín en el atentado —perseguido desde el primer día por ser el último tenedor de la traffic que estalló frente a la AMIA—; y con los delitos de extorsión perpetrados por funcionarios de la policía bonaerense.
A quienes venimos bregando por justicia y acompañando a las víctimas y familiares, el fallo de la Corte Suprema de ninguna manera nos provoca alegría ni satisfacción pues no hace más que confirmar que teníamos razón. Ahora es la voz autorizada del máximo tribunal de justicia la que se suma a lo que desde hace más de diez años viene denunciando Memoria Activa, y hasta ha sido reconocido por el Estado argentino mediante el decreto 812/05: existió una clara responsabilidad de ex funcionarios judiciales y políticos y de dirigentes de la comunidad judía en el encubrimiento que contribuyó a la falta de esclarecimiento de lo sucedido.
A casi 15 años del atentado a la AMIA, la deuda pendiente y el desafío continúa siendo el de garantizar a las víctimas, sus familiares y la sociedad en su conjunto, el derecho a la verdad y la justicia. Llegó la hora de honrar la memoria de las víctimas y cumplir los compromisos asumidos, agilizando las investigaciones en curso contra los grupos terroristas que provocaron el atentado, por un lado, y contra los responsables de haber obstaculizado y sembrado de nulidades la investigación. Ya no hay más excusas.