La pobreza como justificación de la violencia policial

El 5 de septiembre se conocerá el fallo del sobre la responsabilidad del policía federal Rodrigo Valente en el asesinato de Alan Tapia, de 20 años, ocurrido durante un allanamiento realizado por el Grupo Especial de Operaciones Federales (GEOF) en el Barrio Mitre de Saavedra la madrugada del 15 de febrero de 2012.

El próximo jueves 5 de septiembre el Tribunal Oral en lo Criminal n° 11 de la ciudad de Buenos Aires fallará sobre la responsabilidad del policía federal Rodrigo Valente en el asesinato de Alan Tapia, de 20 años, ocurrido durante un allanamiento realizado por el Grupo Especial de Operaciones Federales (GEOF) en el Barrio Mitre de Saavedra la madrugada del 15 de febrero de 2012.

En el juicio por este hecho, el pasado 22 de agosto el fiscal Eduardo Marazzi pidió la absolución de Valente. Al justificar ese pedido, señaló que había que tomar en cuenta que Valente disparó y mató durante un operativo que se llevaba a cabo en un barrio peligroso, y que la “Villa” Mitre (así denominó al barrio el fiscal) no es “ni Puerto Madero ni las Islas Seychelles”. El funcionario judicial utilizó el argumento remanido y discriminatorio de que en los barrios pobres se requieren intervenciones policiales violentas y diferenciadas, y según el cual es válido que se atropellen derechos de las personas, incluso la vida.

El allanamiento en la casa de los Tapia tenía por objeto la detención de un menor de edad (el hermano de Alan); un operativo de rutina para el que, sin embargo, se decidió la intervención de un cuerpo de elite destinado a situaciones complejas (casos de terrorismo, narcotráfico, etc.). El despliegue del GEOF fue solicitado por la División Homicidios de la Policía Federal Argentina (PFA), bajo el argumento de que Barrio Mitre es una “zona peligrosa”. La justicia convalidó esta decisión policial discriminatoria que condujo a la muerte de Alan y que en el juicio fue retomada por el propio fiscal para pedir la absolución de Valente.

El operativo se inició de madrugada, en horas nocturnas durante las cuales no está permitido llevar a cabo este tipo de intervenciones. Las fuerzas ingresaron en tres casas del barrio (en una de ellas, “por error”), destrozaron puertas y pertenencias y redujeron con violencia a sus ocupantes. Alan, que estaba acostado en su cama,  fue alcanzado por el disparo de Valente, y tuvo que esperar gravemente herido por 40 minutos hasta que llegó una ambulancia cuya presencia no estaba prevista en el diseño del operativo. Los responsables del allanamiento nunca informaron a la familia que Alan agonizaba ni que se encontraba herido. Por el contrario, los mantuvieron maniatados y precintados en el piso superior de la casa. Alan falleció en el Hospital Pirovano a las 11 de la mañana. El disparo letal –el hecho más grave de este operativo–, el trato a las casas allanadas, a la familia y a sus vecinos, el abusivo uso de la fuerza, el manejo oscuro de la información y el abuso de autoridad reiterado difícilmente hubieran tenido lugar en otro barrio de la ciudad.

El Ministerio de Seguridad de la Nación inició un sumario administrativo que permitió establecer las irregularidades de un operativo desproporcionado y violento. Esta investigación administrativa debería conducir a una modificación de los principios de actuación de la PFA en los barrios pobres. También deben modificarse los criterios discriminatorios con los que los funcionarios judiciales convalidan el uso abusivo de la fuerza policial en los barrios pobres.

El CELS se solidariza con la familia de Alan, sus amigos y los vecinos del Barrio Mitre, y los acompaña en la búsqueda de justicia.