Un año del hallazgo del cuerpo de Luciano Arruga

El 17 de octubre de 2014, los familiares y amigos de Luciano Arruga y las organizaciones que los acompañamos anunciamos que lo habíamos encontrado después de casi seis años de buscarlo.

El 17 de octubre de 2014, los familiares y amigos de Luciano Arruga y las organizaciones que los acompañamos anunciamos que lo habíamos encontrado después de casi seis años de buscarlo.

En ese momento supimos una parte de lo que había ocurrido: durante años ninguna institución estatal se había tomado en serio la búsqueda de Luciano; todos los esfuerzos fueron realizados por su madre, su hermana y quienes las apoyaban, enfrentando muchísimas veces situaciones de maltrato, violencia y discriminación. Dos investigaciones judiciales fueron parte de esta desidia: la que debía averiguar cómo y quién desapareció a Luciano y la que decidió cerrar una causa en la que había una persona menor de edad fallecida sin averiguar su identidad y enterrarlo como N.N.

En mayo de este año, un tribunal de la provincia de Buenos Aires condenó a diez años de prisión al ex policía bonaerense Julio Torales por haber torturado a Luciano cuando estuvo detenido en el destacamento de Lomas del Mirador, en septiembre de 2008. En este juicio se ratificó que el joven era víctima de hostigamiento y violencia policial: a los 16 años había sido detenido de manera irregular y llevado al destacamento, un lugar inhabilitado para alojar personas y prohibido expresamente para los menores de edad. Mientras estuvo detenido, fue golpeado, humillado, amenazado y aislado de su familia.

La familia de Luciano Arruga todavía no tiene respuestas sobre su desaparición y muerte. La justicia federal de Morón investiga el momento en el que Luciano fue atropellado por un automóvil cuando intentaba cruzar la avenida General Paz por un carril de alta velocidad, corriendo en la madrugada como si intentara eludir una persecución. Un testigo observó la presencia de un patrullero de la policía bonaerense con las luces apagadas, en una colectora a pocos metros del lugar.

Hoy sigue siendo necesario que todas las instituciones se comprometan seriamente en averiguar lo que pasó para que se cumplan el derecho de la familia de Luciano a conocer la verdad y la obligación del Estado de sancionar a los responsables.