Pedimos al estado nacional y a Salta respuestas urgentes a las comunidades indígenas

Lhaka Honhat y el CELS requirieron acción inmediata a las autoridades nacionales y provinciales en la cuestión sanitaria que afecta las comunidades que habitan los ex lotes fiscales 14 y 55 de la provincia norteña.

La Asociación de Comunidades Aborígenes Lhaka Honhat y el CELS solicitamos a distintos ministerios nacionales y autoridades de Salta la intervención urgente y adecuada para atender a las comunidades indígenas. Así buscamos que se eviten nuevos fallecimientos de niñes por desnutrición, mal nutrición o deshidratación y que se adopten las medidas necesarias para que esto no vuelva a ocurrir. Insistimos en que la participación de las comunidades indígenas es clave para definir la orientación general del abordaje y de las medidas urgentes en materia sanitaria. 

La situación que llevó a la internación de niñes por desnutrición tiene íntima relación con la ausencia de políticas eficaces de los últimos años que garanticen y protejan el territorio tradicional de los pueblos indígenas. 

El conjunto de comunidades nucleadas en Lhaka Honhat reclama desde 1984 el título único sin subdivisiones internas a nombre de todas las comunidades indígenas que habitan los ex lotes fiscales 55 y 14 del departamento Rivadavia, provincia de Salta. Desde 1998, con el patrocinio del CELS, y ante la falta de respuesta del Estado, se hizo una denuncia en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. En 2012, la organización internacional dictó su informe de fondo, en el que declaró la violación de los derechos de las comunidades y dispuso las reparaciones correspondientes. El incumplimiento del Estado argentino determinó que el caso fuera presentado en el 2018 a la Corte Interamericana de Derechos Humanos que ya dictó sentencia y en breve será notificada. 

La falta del reconocimiento al territorio indígena tiene como consecuencia la afectación del derecho a la alimentación, a la salud y el ambiente, lo que influye de forma directa en el modo de vida y las costumbres de más de diez mil personas. Las familias de la comunidad se enfrentan a diario a la presencia de ganado vacuno de los criollos, que consume sus alimentos y contamina las aguas, a los alambrados ilegales que impiden los recorridos de caza y recolección y a la tala de árboles que destruye las fuentes de alimentos y medicinas tradicionales.

En la nota presentada solicitamos que se arbitren los medios y recursos para asegurar centros de atención médica y sanitaria en el propio territorio indígena y que se instruya al personal médico y sanitario destinado a esos centros a trabajar conjuntamente con los y las integrantes de las comunidades indígenas de la zona, con un enfoque intercultural.

La respuesta a la situación que afecta a las comunidades debe ser multiagencial. Es necesario avanzar en la creación de una mesa intersectorial que aborde de forma integral las afectaciones de derechos por las que desde hace décadas reclaman los pueblos indígenas.