Matías Carbonell: a 12 años de su muerte, comienza el juicio oral

El martes 9 de agosto empezarán a ser juzgados seis ex funcionarios del neuropsiquiátrico Borda, a donde el joven de 23 años se encontraba en tratamiento. Matías murió en 2010 en el Hospital Penna. Allí se constataron lesiones físicas y quemaduras compatibles con el pasaje de corriente eléctrica. Se trata de la primera vez en que un caso de torturas dentro de un hospital en democracia será juzgado en la Argentina.

Tras 12 años de espera, el martes 9 de agosto comenzará el juicio oral por el fallecimiento de Matías Carbonell, un joven de 23 años que murió mientras se encontraba en tratamiento en el neuropsiquiátrico Borda de la Ciudad de Buenos Aires. 

Con el comienzo del juicio, deberán responder ante el Tribunal Oral número 14 de CABA seis ex funcionarios del Hospital Borda: Roberto Luis Capiello –psicólogo y jefe del servicio–, Fabián Gustavo Pintow y Silvia Beatriz Scheweitzer –psiquiatras que prescribían la medicación a Matías– y los enfermeros Hugo Alfredo Dospital, Ismael Ricardo Portillo y Jorge Héctor Mastricola. Los responsables del tratamiento y el cuidado de Matías están imputados por tortura, abandono de persona seguido de muerte, ocultamiento de medios de prueba y omisión de denunciar hechos de tortura.

La mañana del 19 de octubre de 2010 Matías fue trasladado de urgencia al Hospital Penna inconsciente y en estado crítico. Allí, el personal médico dio aviso a la policía tras constatar las diversas lesiones físicas y las quemaduras compatibles con pasaje de corriente eléctrica. Matías murió 24 días después en cuidados intensivos, a causa del daño irreversible que había recibido su organismo.

En diciembre de 2009 Matías había sido trasladado en forma violenta desde el Servicio 25-B al 14-22 del Borda. Sobre este sector pesaba una medida cautelar de cierre urgente por las condiciones peligrosas y humillantes en las que se encontraban las personas internadas. Sin embargo, seguía funcionando. En 2010 aumentaron tanto las agresiones hacia Matías como el estado de abandono. El joven atravesó una internación en condiciones denigrantes. Fue víctima de malos tratos y tortura y soportó diversas formas de violencia y hostigamiento por parte de les profesionales. Había sido elegido por sus compañeros como delegado y era el impulsor de reclamos para lograr mejores condiciones de internación.

En este juicio, en el que el CELS es querellante en representación de la familia de Matías, también declararán decenas de testigues, empezando por Adriana, la madre de Matías, así como también profesionales del Hospital Borda, peritos del Cuerpo Médico Forense y otras personas expertas. Estos testimonios ayudarán a visibilizar la realidad que se vive dentro de los hospitales neuropsiquiátricos y que se mantienen en muchas jurisdicciones del país, como la Ciudad de Buenos Aires, en un claro desapego a la Ley Nacional de Salud Mental a 12 años de su sanción.

Las muertes en lugares de encierro por salud mental difícilmente llegan a hacerse públicas y a obtener justicia, pero lo que vivió Matías no fue un hecho aislado. Por el contrario, son prácticas punitivas comunes del encierro manicomial, en donde prevalece un régimen centrado en el castigo y el control en base al abuso de poder. Además, revela cómo la crueldad y el abandono se extienden más allá de las paredes del manicomio, y cómo esta lógica es encarnada también por una justicia que por mucho tiempo decidió no ver y no investigar lo sucedido.

Este 9 de agosto distintas instituciones y numerosos actores del campo de la salud mental y de los derechos humanos estaremos acompañando a Adriana y a toda la familia de Matías Carbonell en el inicio de este juicio, que, esperamos, ayude a hacer justicia para elles y para todas las personas que se encuentran en situación de encierro psiquiátrico.