El balance de 2008 en relación con el proceso de justicia por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura muestra dos caras. Por un lado, la sucesión de juicios orales y públicos y las sentencias obtenidas sugieren avances en el afianzamiento del proceso. Por otro lado, diversas situaciones evidencian problemas de fondo, entre ellos, la lentitud con la que se instruyen las causas, la ausencia de una estrategia eficiente de persecución penal y la indiferencia por parte de funcionarios judiciales.
Este capítulo reseña los principales hitos relacionados con el juzgamiento por crímenes de lesa humanidad durante 2008. Advierte también sobre obstáculos específicos que impiden llevar a cabo los procesos normalmente. En este sentido señala problemas graves, como el alojamiento de represores en lugares de privilegio. Reseña y compara también el rol de las dos principales instituciones judiciales: la Procuración General de la Nación y la Corte Suprema de Justicia.
Adicionalmente, da cuenta de cuestiones relacionadas con los procesos de verdad y justicia, como la importancia de la publicidad de las audiencias, los desafíos e implicancias de postular la memoria como política de Estado y, en relación con ella, la gestión de los sitios de memoria.