1995 estuvo marcado por las “confesiones” de Adolfo Scilingo, quien describió su directa participación en los horrores cometidos durante la dictadura cívico-militar. Sin embargo en ese momento no tuvo una repercusión de la misma importancia en la clase política, que prefirió medir el impacto electoral de cualquier declaración. El Poder Ejecutivo tuvo una reacción confusa porque se defendió como si se tratara de un ataque directo al presidente de la Nación, el Congreso permaneció en silencio, el Poder Judicial mostró la “tibieza” propia de quien conoce más sus limitaciones fácticas que de sus obligaciones constitucionales e importantes sectores de las Fuerzas Armadas mostraron una reacción corporativa y cómplice. Estos son algunos ejemplos de la falta de un marco institucional comprometido con la vigencia de los derechos humanos.
Informe anual sobre la situación de los Derechos Humanos en la Argentina. 1995
1. Introducción
por Martín Abregú, Sofía Tiscornia