Siete meses después de asumir, Javier Milei disolvió la Agencia Federal de Inteligencia y con un decreto de necesidad y urgencia creó una nueva estructura. Para ella eligió el mismo nombre que tuvo durante la dictadura: SIDE. El gobierno de La Libertad Avanza decidió, además, designar a militares en puestos claves de la Secretaría, lo contrario al proceso de desmilitarización que se venía implementando desde fines de 1983.
La SIDE es un laberinto que lleva a los hechos más trágicos de la historia del siglo XX: la represión en los años setenta y los atentados a la Embajada de Israel y a la AMIA, ocurridos en 1992 y 1994. En la SIDE siempre imperó el silencio, los secretos. Por eso, elaboramos este sitio especial, porque reconstruir su historia es hoy, más que nunca, una tarea necesaria y un aporte para entender todo lo que falta saber.
“SIDE y dictadura” reúne información sobre la estructura de inteligencia de aquellos años, su funcionamiento y rol dentro del sistema de represión ilegal, los grupos de tareas y centros clandestinos, sus responsables. También, el papel fundamental que cumplió la SIDE en la coordinación represiva del Plan Cóndor, los secuestros y desapariciones de personas de distintos países de Latinoamérica, inclusive niños, niñas y mujeres embarazadas, y la participación de sus miembros en la apropiación de bebés.
Pero el final de la dictadura no significó un borrón y cuenta nueva para los servicios de inteligencia. Su accionar en las sombras continuó después de 1983. Esta investigación reconstruye la trama que involucra a la SIDE y al sistema de justicia en el encubrimiento del atentado a la AMIA.
También cuenta el rol de los archivos de la SIDE de la época de la dictadura, como una pieza más que aporta a la verdad. Durante años se sostuvo que no existían archivos de esos años, pero los documentos estaban. Como el manual de acción psicológica, destinado a toda la población, como los registros de seguimientos a integrantes del incipiente movimiento de derechos humanos, como álbumes de fotos. A casi 50 años del golpe de Estado, el acceso completo a los archivos sigue pendiente.
Fotos: María Eugenia Cerruti