A un año del crimen de Lucas González, aún faltan respuestas sobre la intervención policial

Tenía 17 años y fue asesinado cuando salía con tres amigos de un entrenamiento en Barracas Central. Agentes de la brigada del barrio les dispararon y luego intentaron encubrirlo. Todavía falta que se conozca mucha información sobre el caso y sobre la forma en la que actúa la Policía de la Ciudad.

Lucas tenía 17 años y jugaba al fútbol en el Club Barracas Central. El 17 de noviembre de 2021 tres miembros de la Brigada de la Comisaría 4C de la Policía de la Ciudad, sin sus uniformes policiales y a bordo de un auto sin ningún tipo de identificación, dispararon sus armas reglamentarias contra el auto en el que viajaban Lucas y otros tres amigos. Esto ocurrió cuando los jóvenes volvían a sus casas de Florencio Varela luego de entrenar en el club. 

Lucas González recibió dos impactos de bala que lo dejaron gravemente herido y fue internado en el Hospital El Cruce de Florencio Varela. Allí murió el 18 de noviembre por la tarde. 

La policía, como en muchos otros casos, trató de instalar una versión falsa de los hechos, que fue difundida por los medios de comunicación. Así pretendieron hacer creer que los agentes de la brigada dispararon porque desde el auto de los cuatro jóvenes les habían tirado antes. 

Para darle fuerza a su relato, los policías incluso plantaron la réplica de un arma en el baúl del auto de las víctimas y falsificaron las actas y partes policiales. A partir de esa información falsa, los menores de edad, víctimas de los disparos, fueron detenidos ilegalmente y maltratados durante horas por efectivos de la Policía de la Ciudad. También fueron investigados por la justicia, hasta que la mentira policial comenzó a desmoronarse. Los testimonios de los amigos de Lucas, las filmaciones y las incongruencias en el relato policial posibilitaron develar que la versión que habían replicado los medios de comunicación no era real. 

Las intervenciones de las brigadas sin identificación son un grave problema que se arrastra desde la vieja Policía Federal. Las acciones abusivas y sumamente violentas son una práctica repetida de todas las fuerzas de seguridad en los barrios de la zona sur de la Ciudad, y están especialmente dirigidas hacia los jóvenes. 

Históricamente, las brigadas, tanto en la Ciudad de Buenos Aires como en la provincia de Buenos Aires, utilizan la posibilidad que tienen de no vestir uniforme, porque supuestamente están realizando tareas de investigación, para otros fines: recorrer las calles para recaudar, regular de manera ilegal el delito. Al igual que el “jefe de calle”, son figuras tristemente célebres en barrios como Barracas, Pompeya, Flores o Lugano. 

Esta es una tradición de la vieja Policía Federal Argentina. Cuando se creó la Policía de la Ciudad, anunciaron que sería una fuerza nueva, sin los vicios de las anteriores. Pero hay cosas que no cambiaron. En estas zonas de la Ciudad que cuentan con una larga historia de violencia policial y de desconfianza extrema hacia todas las fuerzas, hay que redoblar los esfuerzos para construir fuerzas policiales capaces de dar seguridad y de revertir la imagen construida por años de abusos.

Todavía hay muchas respuestas sin conocer sobre el caso y sobre la forma en la que interviene la Policía de la Ciudad. No sabemos qué hacía la brigada en el barrio ni por qué intervino de ese modo violento hacia el auto en el que se dirigían los jóvenes . La ley 5.688 de Seguridad de la Ciudad dice que las brigadas sólo pueden actuar “por autorización expresa de la superioridad o cuando exista orden emanada de autoridad judicial”. Es necesario que el Ministerio de Seguridad de la Ciudad establezca marcos normativos más precisos y controles sobre el accionar de las brigadas de su Policía. 

Hoy la causa está a la espera del juicio oral. Son 14 los policías que serán juzgados: 3 de ellos, por el homicidio de Lucas y la tentativa de homicidio de sus amigos, mientras que el resto deberá responder por la detención ilegal y los maltratos sufridos por los jóvenes, así como por las maniobras de encubrimiento que realizaron para tapar el accionar de sus compañeros de la fuerza. A la vez, la Oficina de Transparencia y Control Externo del Ministerio de Seguridad  debe publicar los resultados de la investigación administrativa sobre los policías involucrados en la intervención armada abusiva, y también sobre los implicados en el encubrimiento.

En este primer aniversario acompañamos a familiares y amigues de Lucas González en su pedido de justicia.