Indoamericano: un año de soledad

Análisis de un hecho complejo que atraviesa la agenda de derechos humanos: déficit de vivienda, violencia policial, criminalización de referentes sociales, las respuestas judiciales, la situación de los inmigrantes, entre otras áreas críticas.

A un año de la toma del Parque Indoamericano, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) presenta el análisis de un hecho complejo que atraviesa la agenda de derechos humanos: déficit de vivienda, violencia policial, criminalización de referentes sociales, las respuestas judiciales, la situación de los inmigrantes, entre otras áreas críticas. Las causas profundas de la ocupación permanecen irresueltas y constituyen un desafío ineludible para el modelo de crecimiento con inclusión y ampliación de ciudadanía que propone el gobierno nacional.

El 3 de diciembre de 2010 centenares de familias ocuparon pacíficamente varias hectáreas del Parque Indoamericano, en el barrio porteño de Villa Soldati, en reclamo de viviendas. El día 7, la jueza de la Ciudad Cristina Nazar, ordenó el allanamiento y el desalojo del parque. Así, en un operativo conjunto de 200 efectivos de la Policía Federal (PFA) y 60 agentes de la Policía Metropolitana (PM), se llevó adelante la represión que causó las muertes de Rossemary Chura Puña, boliviana, de 28 años, y Bernardo Salgueiro, paraguayo, de 22 años y heridas a Wilson Ramón Fernández Prieto, paraguayo, José Ronald Meruvia Guzmán, boliviano, Jhon Alejandro Duré Mora, paraguayo, Juan Segundo Araoz, argentino, y a Miguel Angel Montoya, también argentino. Dos días más tarde, Emiliano Canaviri Alvarez, boliviano, de 38 años, fue asesinado de un disparo en el pecho, cuando, según su esposa, salía por la puerta del parque y la PM comenzó a disparar.

A un año, la crisis del Indoamericano ha dejado un saldo negativo para los sectores afectados que no sólo no han visto mejoras en su situación habitacional, sino que han recibido un mensaje intimidante de la justicia. No existieron avances para las problemáticas de fondo de la población que protagonizó la toma del Indoamericano y padeció su represión, ni para otros que, como ellos, se encuentran arrinconados a vivir en condiciones habitacionales sumamente precarias. Este conflicto expresa la necesidad de avanzar con políticas de vivienda y de regulación del suelo orientadas a las franjas de menores ingresos, una deuda impostergable, capaz de operar sobre una de las desigualdades sociales más críticas.

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